La última vez que me asomé al mundo,
me atropellaron emocionalmente.
me atropellaron emocionalmente.
Dicen que fue un accidente.
Que no se podía saber,
que fue mala suerte.
Yo solo sé que el motorista me miró fijamente
y me susurró
y me susurró
(muchas veces):
«Tranquila, no te voy a atropellar»
«Confía en mí»
«Yo no soy de esos»
Sin embargo, recuerdo perfectamente
que era él quien conducía
cuando
la primera rueda de esa moto me derribó,
y la segunda me remató.
¿Fue accidente, entonces, realmente?
Yo no lo puedo saber,
no sé nada de motocicletas.
no sé nada de motocicletas.
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