31 de diciembre de 2018

Zafar

Siento que un año más he conseguido zafarme.
No sé por qué digo "más", si es el primero.
Hoy es el día de los eventos y los protocolos,
del vestido y el pintalabios y el perfume flotando en el pasillo.

Y nadie sabe que estoy aquí.

Cuántas veces había deseado estar fuera de todo eso.
No tener ese día marcado en el calendario. No sentir esa obligación. Ser tan libre.
Y cuánto se marcan algunos días aunque no tengamos nada para recordarlos.

Y este año me he zafado.
De esos encuentros en los que te das cuenta que las cosas sí han cambiado.
Para los demás.
De ver frente a mis ojos cómo el mundo que recordaba ya no está.
De moverme con mi cuerpo antiguo por él. Pisando suelo cambiante.

Aquí mi suelo permanece firme. Lo he reforzado en los últimos días. Solo lo piso yo.
Para que mis pies de antes sigan pisando el suelo de antes.
Para no hundirme.
Para no sentir que ha cambiado nada. Para no olvidar.


30 de diciembre de 2018

La receta

El silencio mata los gérmenes.
Es antiséptico, antihistamínico, antibiótico y antiviral.

También puede ser antinómico.

Los doctores recomiendan una dosis semanal. Esto puede variar según el paciente.
Tanto el paciente como el impaciente pueden beneficiarse de sus múltiples propiedades.

Dicen que también cura el reúma.
Y la paranoia, pero en dosis bien razonadas.

***

El silencio está contraindicado para personas con depresión severa, embarazo, o dilema existencial.

El abuso de silencio puede provocar efectos secundarios como: angustia, neurosis, o alteraciones en la libido. También puede causar risas o llantos espontáneos, y agotamiento mental.
Se recomienda un consumo responsable.

En la mayoría de países se considera un derecho. En el resto, es impuesto.
El silencio no deseado está altamente desaconsejado por la OMS.

Si ha sufrido una sobredosis de silencio: acuda a su amiga más cercana. También puede aliviarle mandar un mensaje a alguien si es que siente el impulso de hacerlo. En caso extremo, hable con la primera persona que encuentre.

En caso de duda: fúmese un porro y alterne música jazz con grabaciones de John Cage. Cada cuatro, treinta y tres.
Si usted o alguien de su entorno tiene problemas de adicción al silencio, o han quedado atrapados en él: por favor, hable.