22 de abril de 2010

Un fragmento de Todas las Almas

"Todo lo que nos sucede, todo lo que hablamos o nos es relatado, todo cuanto vemos con nuestros propios ojos o sale de nuestra lengua o entra por nuestros oídos, todo aquello a lo que asistimos [y de lo cual, por tanto, somos algo responsables], ha de tener un destinatario fuera de nosotros mismos, y a ese destinatario lo vamos seleccionando en función de lo que acontece o nos dicen o bien decimos nosotros.


Cada cosa deberá contarse a alguien -no siempre al mismo, no necesariamente-, y cada cosa va poniéndose aparte como quien ojea y aparta y va adjudicando futuros regalos una tarde de compras.

Todo debe ser contado una vez al menos, aunque, como había dictaminado Rylands con su autoridad literaria, deba ser contado según los tiempos. O, lo que es lo mismo, en el momento justo y a veces ya nunca más si ese momento justo no se supo reconocer o se dejó pasar deliberadamente. Ese momento se presenta a veces [las más] de manera inmediata, inequívoca y apremiante, pero muchas otras veces se presenta sólo confusamente y al cabo de lustros o de decenios, como sucede con los mayores secretos.

Pero ningún secreto puede ni debe ser guardado siempre para todo el mundo, sino que está obligado a encontrar al menos un destinatario una vez en la vida, una vez en la vida de ese secreto.

Por eso algunas personas reaparecen.

Por eso nos condenamos siempre por lo que decimos. O por lo que nos dicen."



Javier Marías: Todas las Almas.

promesas al aire

Prometo no derrumbarme cuando te vea. Prometo no llorar delante de ti.
Prometo no temblar ante tus ojos. Prometo actuar con naturalidad y sonreír, como si nada.

Prometo no decir que...



[esa promesa sería muy larga]


Prometo no preguntarte demasiado.
Prometo que no nos arrepentiremos,
que no será incómodo,
que nos sentiremos mejor.

Prometo que te costará reconocerme,
y que haré y diré todo lo posible para que veas que no te necesito.
Que no pienso en ti.
Que no te echo de menos.

Prometo que ya está todo olvidado.

Todo esto, lo prometo.



Y después, cuando ya no haya vuelta atrás,
romperé todas mis promesas



...como hiciste tú.