Cuando ya se han ennegrecido las paredes...
[hoy voy a tener un mal día, según Octavio Acebes]
...cuando te percatas por fin de lo que sucede
y sientes que la vida no te da lo que te debe,
... cuando ves perecer todo cuanto obtienes
y sabes que te atreves, pero no quieres ceder
porque si pierdes no puedes retroceder..
...cuando hueles castañas calientes en medio de nieve
y quieres avanzar pero ves que no te mueves
no desesperes...
que, cuando menos te lo esperes
el camino aparece,
donde la hierba ya no crece,
aunque parece a veces que se desvanece..
¡que la vida real pasa mientras tú te compadeces!
y mañana amanece, otra vez
¿qué vas a hacer?
24 de marzo de 2010
5 de marzo de 2010
Pasiones esculpidas
Coger la guitarra, y cantar
para esas figuras de madera
que, a la luz de las velas, parecen cobrar vida para escuchar
por disfrutar de cada nota
de cada palabra
hechizadas por la melodía y concentradas en la audición,
quietas para siempre y por un momento...con paisajes variados, y diferentes calles,
o parques, playas o palacios
para que esos ciegos y aburridos maniquíes
puedan viajar por todo el mundo
sin moverse de su escaparate...
Y escribir un gran discurso,
solemne, dramático, emotivo
solemne, dramático, emotivo
para recitárselo con pasión al Moisés de Miguel Ángel
y observar su reacción congelada, de profunda reflexión,
de divagación eterna,
mientras todavía resuena el eco de mi voz.
con fotos viejas y papel de reciclaje,
con recuerdos y cartón,
que tenga un desván de trastos viejos
y una abuela que dé consejos,
pero sin espejos,
para que mis recortables vivan por fin
la vida que no les dieron
mis lápices de colores.
Y crear un drama,
para actuar como nunca supe
dejarme llevar por mi carácter,
descrito en el guión
bailar, gritar, ponerme una máscara
para deleitar a aquel caballero de bronce
que me mira desde el pedestal.
Y moldear figuritas de barro,
para que vean lo que he pintado,
para que viajen a los lugares que he creado,
para que escuchen mi canto,
mis delirios, mi poesía, mi llanto..
Y soñar con lo que podré hacer mañana,
descubrir poco a poco de lo que soy capaz,
para así sentirme artista un ratito al día
y quedarme a solas con el mundo
por un instante.
Y regalarme estatuas que,
sin moverse ni conmoverse,
purguen mis inquietudes y fantasías.
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