10 de junio de 2018

Puertas al campo

Vivo golpeándome contra una pared.
Una y otra vez.
No hay forma de evitarla,
siempre está donde no se la espera.

Estoy llena de cicatrices

Y entonces vuelvo a construirme a mí misma y a pensar:
no necesito esta pared
no quiero atravesarla
no me interesa
el mundo sigue siendo infinito hacia el otro lado.

Me pondré de espaldas
y será como si la pared no existiera
miraré al horizonte que perdí de vista
y me perderé en él, intentando dirigirme cuanto más lejos.

Me volveré a diluir en mí misma.
De la pared hacia dentro,
hacia atrás,
hacia arriba.