21 de septiembre de 2016

Ilusos

Todos hablan del amor
como si supieran lo que es,
un huracán, dicen, un incordio,
la máxima expresión de la estupidez.

Todos hablan del amor
para decir que no lo quieren,
que así están muy bien.
(Algunos incluso dicen
que no lo sienten).

Ellos avisan
(a veces)
a todas las dispuestas,
que no se acostumbren,
por mucho que las visiten.
Que no escuchen,
que no se ilusionen
con la idea de ser
algo más que una vagina.
Que no se enchochen.

Las vaginas por su parte
preguntan por qué
iban a querer ellas acostumbrarse
a ser usadas de esa manera.

No les gusta ser sumisas
y, sin embargo, siempre tienen que esperar
a ser requeridas.

Re-queridas.


Todos hablan del amor
como si supieran lo que es
y ponen caras de limón
cuando se besan las parejas,
y hacen gestos de compasión
ante fotos de bodas ajenas.

Todos dicen conocer al amor
como si fuese un pariente lejano
muy vehemente, muy pesado,
al que hay que aguantar de vez en cuando.

Todos dicen conocerlo salvo
quizá, los más jóvenes,
quizá, los más sabios.

Yo sé lo que es el amor
sólo por comparación.
(Aunque no pueda
compararlo con nada).

Todos dicen saber lo que es
y lo rechazan.
Y lo ahuyentan de sus camas,
de sus cabezas, de sus almas.


Todos hablan del amor como si supieran lo que es,
pero cuando se presenta por sorpresa,
(como siempre)
cuando está realmente cerca,
no lo ven.

Por eso caen
y vuelven a caer.

Y sólo tiempo después,
incluso si no sale bien,
(especialmente si no salió bien),
entonces, lo reconocen,
aunque ya sea tarde
(especialmente cuando ya es demasiado tarde).

"Aquello fue amor, aunque durara muy poco".
Y creen que eso les ayudará
la próxima vez.

Ilusos.

4 de septiembre de 2016

Quería verte pero

Quería verte pero
se dio la vuelta el reloj
y volvimos al invierno,
al gélido paisaje
de la incomunicación.
Un puente congelado
tan frágil
que no puede transitarse.

Si lo intentara,
quebraría la fina capa de hielo
y caería al agua helada
sin remedio.

Ni siquiera puedo alzar la voz
porque la vibración es demasiado fuerte,
y este cristal que nos sostiene
demasiado delicado,
(no soportaría mis palabras
tan graves, tan pesadas).

Y todo quedó yermo
y todo quedó plano
las lágrimas que brotaron en verano
hace tiempo ya cristalizaron.
Y dibujaron este espacio glacial
en que nos encontramos.

Quería verte pero
se congeló el espacio
y una fina capa de nieve
se fue posando
poco a poco,
copo a copo,
sobre mí.

Y el tiempo siguió pasando,
viendo desaparecer el vaho,
perdiendo calor,
con cada suspiro.
Mi corazón palpitaba
cada vez más despacio.
Creí que hibernaba
pero me estaba apagando.

Quería verte
Quería haberte visto
cuando aún podía ver
y estirar los brazos
y sentir el calor del contacto
y escuchar una voz
que atravesara la pared,
este témpano helado.
Y creer...
sí, quizá podría haber creído algo,
cuando todavía
me latía el corazón.

Pero ya no puedo,
solo puedo pensar muy bajito
de vez en cuando.

Ya se congeló el sonido
y se paralizó el espacio,
ya no puedo sentir
ni calor ni abrazo

Y se paró el reloj,
y ya no hubo más tiempo
para nosotros dos.