20 de enero de 2010

Un fragmento de Kafka en la Orilla

A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de dirección intentado evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti. Y esto se repite una y otra vez. Como una danza macabra con la muerte antes del amanecer. Y la razón no es que la tormenta venga de lejos y no guarde relación contigo. Esta tormenta, en definitiva, eres tú.

Y tú en verdad la atravesarás, claro está. Pero por más metafísica y simbólica que sea, te rasgará la carne como si de 1000 cuchillas se tratase.

Haruki Murakami, Kafka en la orilla.

2 comentarios:

  1. Amén ^^

    A veces creemos que las cosas que nos pasan no son por nuestros actos cuando realmente el 90% de las veces ocurren porque los buscamos inconscientemente.

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  2. Bueno, si te soy sincera, no creo que la metáfora vaya exactamente por ahí. Quizá esa tormenta de arena es lo que algunos llaman destino que, exista o no, es decir, esté predeterminado o no, es cierto que siempre tiene la capacidad de cegarnos y asustarnos, y, como dice, incluso rasgarnos la piel.

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