9 de marzo de 2013

Abrir los ojos, de nuevo

Es demasiado bonito para pensarlo.

Es demasiado fuerte para tener que olvidarlo.
Otra vez.



Ya es tarde.
Ha vuelto ese fantasma de mirada directa


y me ha vuelto a encerrar
en la jaula de sus párpados.
Y ya, aunque no le vea,
le tengo tras mis ojos.
Otra vez.

Recuerdo verle cada día, y sonreir,
y sentir su mirada, y buscarle,
y el latido del corazón al pasar por su lado,
y ese extraño hechizo paralizante 
que actuaba entre nosotros.

recuerdo soñar con un encuentro,
el definitivo;
que cada vez parecía más cerca.

Lo tuvimos al alcance.

Pero nos faltaron las palabras,
lanzarnos sin miedo
al verdadero atrevimiento;
aprovechar la oportunidad
que no sabíamos íba a ser la última.
Y así, nunca ocurrió.

O, aun no ha ocurrido.



Después de tantos años,
bastó un segundo.

Le bastó un segundo para hipnotizarme,
para sacarme de donde estaba
y volver a convertirme en aquella que yo fui
y que podría seguir siendo

aquellos ojos abiertos que siempre se reciben.

Y ahora, sin querer, 
(y sin poder evitarlo)
permanezco alerta

esperando otra aparición.
Empiezo a creer en el destino, a darle la oportunidad al azar

Pero es la esperanza la que juega en mi contra.
Por que yo nunca podría tener tan buena suerte
de que pasara lo que he imaginado mil veces.

Es demasiado bonito para pensarlo.

1 comentario:

  1. El destino está a la vuelta de la esquina, por suerte o por desgracia vivimos en un hectágono.

    Galahad

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